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Transformación digital en 2022

El siglo XXI para los negocios se ha caracterizado por un uso decidido de la tecnología. Con estas nuevas herramientas, los gerentes y directivos han aprendido a manejar sus compañías de una mejor forma, tomando decisiones más acertadas, cumpliendo con mejores condiciones a los clientes, y brindando a su organización una dirección de crecimiento sostenido y claro. Es decir, han solidificado sus estrategias de negocio y su modelo de negocio para adaptarlo a las necesidades del mundo contemporáneo.

Esta tendencia tecnológica ha venido creciendo durante estas dos décadas de manera constante. Sin embargo, la pandemia que empezó en 2020 aceleró de una manera inesperada todo este crecimiento: las compañías se vieron forzadas a aprender a usar la tecnología si querían mantenerse en sus lugares de competitividad; incluso hubo muchas que debieron adoptar la tecnología como mecanismo, solo para sobrevivir como negocio.

La razón es que las cuarentenas forzaron el desarrollo a distancia de los procesos y con esto obligaron a empleados, directivos, clientes, y a todos los involucrados con un negocio, a aprender el uso de tecnologías informáticas para el desarrollo de negocios. Esto significó la automatización y la digitalización de un gran número de actividades, e implicó asumir nuevas estrategias corporativas:

Según una nueva encuesta mundial de McKinsey realizada a ejecutivos, sus empresas han acelerado la digitalización de sus interacciones con los clientes y la cadena de suministro y de sus operaciones internas en tres o cuatro años. Y la proporción de productos digitales o habilitados digitalmente en sus carteras se ha acelerado en unos sorprendentes siete años. Casi todos los encuestados afirman que sus empresas han puesto en marcha al menos soluciones provisionales para satisfacer muchas de las nuevas demandas que se les plantean y mucho más rápidamente de lo que creían posible antes de la crisis. Es más, los encuestados esperan que la mayoría de estos cambios sean duraderos y ya están realizando el tipo de inversiones que prácticamente garantizan su permanencia. (mckinsey.com).

Se puede incluso llegar a afirmar que esta no es solo una de las consecuencias de la pandemia en los negocios, sino la más clara e importante de todas las transformaciones que han venido con ella. En la misma encuesta de McKinsey se evidenció que para los ejecutivos entrevistados: “la financiación de las iniciativas digitales ha aumentado más que cualquier otra cosa, más que el aumento de los costes, el número de personas en puestos tecnológicos y el número de clientes” (mckinsey.com).

Transformación digital, la nueva realidad de los negocios

Lo que esto significa es que en estos últimos dos años no solo ha habido una tendencia a usar más tecnología para los negocios, sino que hay una clara apuesta por la digitalización de todos lo procesos que puedan entrar en sistemas informáticos. Es decir, que toda la información que pueda ser puesta a funcionar a través de software para negocios, debe ser puesta allí para integrarla con todo el resto de la operación de la organización. Esto, a su vez, quiere decir que las empresas tienen la tendencia no solo a usar más tecnología, sino a fundamentar su desarrollo y crecimiento en sistemas informáticos.

Lo que estamos viendo es entonces una hibridación clara entre las capacidades humanas, sus intereses particulares, y las posibilidades de la tecnología. Esta es claramente una nueva era para los negocios, y la manera de llevarlos a cabo se está transformando radicalmente:

Las empresas, grandes y pequeñas, siguen viéndose obligadas a reexaminar cómo van a operar en este territorio desconocido, y una cosa ha quedado universalmente clara: la forma en que las organizaciones han operado en el pasado probablemente no se traducirá en esta nueva era de entornos de trabajo dinámicos y multifacéticos. Mientras todo el mundo delibera sobre la forma correcta de volver a la “normalidad”, muchos líderes empresariales están atascados en una vieja forma de pensar con principios empresariales heredados y modelos operativos anticuados. (forbes.com).

Esta fuerte demanda de transformación ha recibido el nombre de transformación digital y es lo que cualquier compañía debe empezar a buscar en este año 2022, pues las presiones para actualizar las dinámicas corporativas no van a dejar de crecer y las compañías más digitalizadas son las que van a marcar el ritmo para el resto de los negocios, porque los clientes también han hecho esta transformación y hoy piden organizaciones con una respuesta rápida que use diferentes canales de comunicación para responder a los requerimientos contemporáneos.

Esta situación actual, esta transición forzada que los negocios deben asumir, nos ha llevado en Dexon a adaptar nuestras soluciones para apoyar a las organizaciones que están viendo el gran potencial de la tecnología y la necesidad de cambiar sus estrategias. Con nuestra solución Dexon Business Process Management ayudamos a automatizar los procesos de nuestros clientes, lo que significa digitar y digitalizar toda la información y las actividades de la organización para que la base del negocio esté en la agilidad de la información y de los sistemas y ya no solo en las habilidades de los gerentes. Somos entonces un aliado para generar esta hibridación perfecta entre talento humano y posibilidades tecnológicas, que será el futuro de los negocios y es ya una realidad en muchas organizaciones.

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