Enfocarse en el valor. Todo lo que la organización realiza debe generar valor para los clientes y grupos de interés. Es por esto que debe tener claro quiénes son los clientes y las partes interesadas. Luego, debe considerar la experiencia del usuario y el cliente, y cómo sus servicios les brindan valor.

Comenzar donde está. No empiece desde cero para construir algo nuevo sin tener en cuenta lo que ya está disponible para aprovechar. Es probable que haya mucho en los servicios, procesos, programas, proyectos y personas actuales que se puedan utilizar para crear el resultado deseado. El estado actual debe investigarse y observarse directamente para asegurarse de que se comprenda completamente.

Progresar iterativamente con retroalimentación. No intente hacer todo a la vez. Incluso las grandes iniciativas deben llevarse a cabo de forma iterativa. Al organizar el trabajo en secciones más pequeñas y manejables que se pueden ejecutar y completar de manera oportuna, es más fácil mantener un enfoque más nítido en cada esfuerzo. El uso de feedback antes, durante y después de cada iteración garantizará que las acciones estén enfocadas y sean apropiadas, incluso si las circunstancias cambian.

Mantenerlo simple y práctico. Siempre que pueda simplifique los procesos. Para hacerlo, pregúntese si un proceso complejo realmente requiere de tantas acciones. Si no es así, hágalo más sencillo, considerando la creación de valor para las personas involucradas.

Si se aplican estos principios simples y toda la cultura organizacional se alinea con ellos, será después mucho más fácil hacer un proceso de automatización mediante soluciones informáticas como el BPM. La razón es que la mayoría de las veces en que falla un intento de implementar nuevas aplicaciones tecnológicas en un negocio, esto no se debe a que falle la tecnología o la planeación, sino que las personas que participan en la operación corporativa no han cambiado su mentalidad y no tienen claro cuáles serán las nuevas formas de trabajo, los nuevos ritmos, las potencialidades de estas soluciones, etc. Así, siguiendo los principios ITIL se garantizan unos límites que le darán forma a estas prácticas para que al llegar la tecnología esta se integre fácilmente al modelo del negocio.